domingo, 31 de octubre de 2010

VIENE DE ASAPOPUCERRO.BLOGSPOT.COM

EL ASESINATO DE MARIANO FERREYRA, LA BUROCRACIA SINDICAL ASESINA Y EL GOBIERNO K DE DERECHA. ESTO ES FASCISMO
Ayer Mataron a Mariano. Militante del Partido Obrero y de la FUBA de Avellaneda. Lo hicieron las miserables patotas que desde hace DÉCADAS maneja la burocracia sindical-empresarial pejotista, con la colaboración de la policía, que les liberó la zona, lo que deja en claro la responsabilidad del Estado y el Gobierno "de los derechos humanos". En este caso, los "camisas pardas" de la Unión Ferroviaria del mafioso de Pedraza. Lo mataron a él, y balearon a otros compañeros, mientras apoyaban el legítimo reclamo de los trabajadores tercerizados de la ex línea Roca de ferrocarriles. Un reclamo por la reincorporación de los compañeros despedidos y el pase a planta permanente, que ya lleva MESES, y que fue desoído por el gobierno "nacional y popular".
La administración de los Kirchner tiene el trabajador muerto que produjo su propia práctica de MENTIRA PERMANENTE, de engaño, de política antiobrera, de entrega de nuestros recursos y del trabajo del pueblo. Y FUNDAMENTALMENTE DE HABERSE RECOSTADO EN EL PODRIDO MODELO SINDICAL PATOTERIL Y FASCISTA DEL PJ.
ESTO ES FASCISMO
¿Alguien puede sorprenderse?
¿Qué van a decir ahora los que sostienen que este gobierno "no es de derecha"? ¿qué prueba más (y más dolorosa) necesitan?
Las organizaciones obreras y las Izquierda en general han reaccionado como corresponde, movilizándose instantáneamente y autoconvocándose para organizar el Repudio y la Movilización, así como el Paro convocado desde la CTA. Allí estuvimos. Y seguiremos estando. Pero creemos que es hora de dejar de correr detrás de los acontecimientos, para pasar a institucionalizar un Espacio de unidad permanente, al menos en la cuestión de Auto defensa de masas.
El Partido Comunista de los Trabajadores se solidariza con los compañeros del Partido Obrero, con la familia de Mariano, y adhiere y convoca a la Jornada de Protesta convocada para hoy jueves 21 de Octubre, en la Estación Avellaneda a las 12hs y en Corrientes y Callao a las 17hs.
Exigimos Juicio y Castigo a los responsables materiales e ideológicos de este asesinato
"El que muere luchando, vive en cada compañero"
Mariano Ferreyra ¡PRESENTE!
Murió un revolucionario ¡VIVA LA REVOLUCIÓN!
Hasta la Victoria Siempre

PARTIDO COMUNISTA DE LOS TRABAJADORES

 COMPAÑERA LAURA ¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!

lunes, 25 de octubre de 2010

La sustentable destrucción de los recursos naturales

I) El valor de los recursos naturales
La teoría del valor de Marx tiene plena vigencia frente a las crisis que está generando el
modo de producción capitalista.
El valor de uso es una cualidad que tienen los bienes para los seres humanos porque
les permiten cubrir alguna necesidad.
Las mercancías tienen valor de uso, aunque hay bienes que lo tienen sin ser mercancías,
como ocurre con algunos recursos naturales por ej.: agua y aire. Una diferencia entre
recursos naturales y mercancías es que no tienen trabajo humano incorporado.
Para intercambiar las mercancías es necesario que el valor de uso se pueda cuantificar,
ya que todas las mercancías tienen valor de uso diferente. Lo que tienen de común las
mercancías es el trabajo humano utilizado para extraerlas o producirlas, y se mide en
tiempo de trabajo.
Valor de cambio es la proporción en que un bien se cambia por otro y se mide en
términos de otra mercancía: el dinero. El precio es la expresión monetaria del valor de
cambio.
El valor de cambio no es más que una manera de expresar el trabajo invertido en un
objeto y por lo tanto no contiene materia natural alguna.
La teoría del valor-trabajo desarrollada por Marx establece que todo lo que tiene valor
es fruto del trabajo humano. Las mercancías incluyen trabajo directo cuando se la
produce e indirecto contenido tanto en la maquinaria como en las materias primas
utilizadas.
Los recursos naturales no tienen trabajo humano incorporado y por lo tanto no tienen
valor antes de su extracción, esto ocurre, por ejemplo, con los minerales y el petróleo.
En el proceso extracción-procesamiento que transforma la materia física (recursos
naturales) en materia prima se le agrega fuerza de trabajo.
A pesar de eso los recursos naturales tienen precio.
La tierra tiene un precio de mercado de acuerdo a sus posibilidades de producción, e
precio no surge del costo que tendría generar un centímetro de suelo, ni de la
cuantificación de las necesidades alimentarias de las generaciones futuras, es sólo el
costo de apropiación. El que se apropia de la tierra no tiene su propiedad porque es un
bien de la humanidad, tiene sólo el derecho de uso, pero tiene tanta libertad en ese uso
que es como si fuera su propietario.
El precio de un yacimiento de petróleo no surge de evaluar el proceso de su generación
a través de miles de años, ni de las necesidades futuras, es sólo el precio de apropiación
de ese yacimiento, al igual que el precio de un yacimiento de minerales es el de
apropiación del subsuelo.
Los recursos naturales pueden tener también valor de cambio y precio que son
consecuencia de su apropiación privada.

Al considerar sólo los costos de apropiación se reduce su incidencia en el costo de los
bienes producidos con ellos, y en el precio final. Esto incrementa su venta acelerando el
proceso de agotamiento y esquilmación. El costo de apropiación nunca refleja el tiempo
y las condiciones que la naturaleza necesitó para generarlo, las posibilidades de
agotamiento, la contaminación que genera el proceso de extracción y el productivo, ni
las necesidades de las generaciones futuras.
El capitalismo para la medición económica sólo considera una fuente de riqueza: el
trabajo, está estructuralmente incapacitado para valorar adecuadamente la otra fuente de
riqueza social: la naturaleza. El sistema de precios de mercado distorsiona la
importancia y utilidad de esos recursos naturales para la humanidad. Las relaciones
entre producción de riqueza social y naturaleza sólo se pueden establecer plenamente
fuera del mercado en un sistema que trascienda el mecanismo del mercado como
procedimiento de medición
Los precios aplicados a los recursos naturales derivan no de su valor, que no existe sino
de la apropiación privada de los mismos y no reflejan las limitaciones o disponibilidad
en la naturaleza. La propiedad privada de estos recursos es a través del mercado por lo
cual en términos valor-precio reflejan la relación entre demanda y oferta y el trabajo
añadido por el proceso de extracción-procesamiento o sea transformación de la materia
física(recursos naturales ) en materia prima.
Los recursos naturales son bienes no reproducibles por el ser humano y es necesario
proyectar la forma en que se cubrirán las necesidades futuras predecibles y no
predecibles.
El capitalismo actúa sin considerar los problemas que generó, genera y generará.
No se puede valuar correctamente dentro del mercado a la naturaleza como quien
proporciona recursos naturales y quien recepciona los efectos del proceso productivo ya
que no son medibles.
II) Expropiación de los Recursos de la Humanidad
¿Deberes en la apropiación privada de Recursos Naturales?
La naturaleza y los recursos naturales pertenecen a la humanidad, su uso tiene que
redundar en beneficio de toda la generación actual y en condiciones de servir a las
necesidades de las próximas generaciones, tanto con los renovables como no
renovables.
En el modo de producción capitalista las empresas privadas para su funcionamiento
tienen que acceder a la materia física necesaria, pasando así los recursos naturales a la
órbita privada.
Los privados se apropian de esos recursos naturales a través del un precio que surge de
la negociación entre empresas privadas y gobiernos nacionales y que es mínimo en
relación a su importancia. Las empresas privadas cada vez más concentradas pueden
presionar mejor a los gobiernos para obtener precios y condiciones de explotación
ventajosos. En esa negociación no se considera que los bienes no son reproducibles, ni
los daños producidos por su extracción, en su mayoría irreversibles.
Ese costo mínimo y los amplios derechos, casi sin deberes, que se les otorgan hace que
sea una verdadera expropiación. La globalización incluyó la privatización de las
explotaciones de recursos naturales que realizaba el Estado. Esta expropiación es
legalizada por los gobiernos y los habilita a la destrucción de los ecosistemas. Su
explotación en el libre mercado no tiene límites, se realiza hasta el agotamiento,
tampoco tiene límite la contaminación.
Los organismos internacionales no han superado la etapa declarativa, en establecer los
deberes de quienes explotan esos recursos naturales, facilitando su agotamiento y la
contaminación.
Debería ser inherente a la apropiación establecer los derechos y deberes de su uso. Esos
límites tienen que establecerlos previamente los gobiernos, pero las condiciones de uso
y extracción las negocian con los privados surgiendo exigencias mínimas.
A modo de ejemplo:
Quienes compran el suelo para producción agropecuaria, no son sus propietarios sino
que adquieren el derecho al uso. Esto habilita a los Estados a establecer los deberes en
su cuidado y realizar los controles. En la práctica casi no hay normativa sobre los
deberes y casi no existen los controles, de allí las consecuencias de su uso: erosión,
contaminación, y su degradación por monocultivos forestales.
En la minería los inversores compran el derecho a la explotación del subsuelo que de
acuerdo a las legislaciones pertenece al Estado, los gobiernos prácticamente no
establecen límites a ese derecho. Con actual sistema de explotación minera a cielo
abierto, destruyen el suelo, las montañas, y contaminan seriamente las napas
subterráneas, los cursos de agua, el suelo y las poblaciones vecinas.
Las selvas se venden por hectárea, no se contempla su biodiversidad y se destruye.
Mientras que las ganancias por la explotación de recursos naturales son privadas, sus
consecuencias son colectivas las pagan y sufren las poblaciones.
América Latina está siendo invadida y destruido en tiempo record.
La actual explotación de los recursos naturales no es problema de las empresas
capitalistas, sino del modo de producción capitalista que construye una red de
contaminación, agotamiento y extinción, y arrastran al planeta a las actuales crisis.
III) Contradicción capital –naturaleza
La contradicción fundamental del capitalismo (capital-trabajo) entre propiedad privada
de los medios de producción y el carácter social de la fuerza de trabajo está
acompañada por otra contradicción que se intensifica rápidamente y pone en riesgo la
posibilidad de vida en el planeta Tierra: la contradicción entre la propiedad privada de
los medios de producción y la naturaleza perteneciente a la humanidad.
Esta segunda contradicción es consecuencia de la explotación de la naturaleza en la
extracción de recursos agotándolos y en el vertido de residuos contaminándola.
Mientras que los medios de producción (conocimientos y maquinaria) son propiedad de
los capitalistas, la naturaleza que proporciona la materia física para el proceso
productivo no es de su propiedad, como no lo es la población. Para poder producir
compra la fuerza de trabajo y los derechos a extraer y producir materia prima.
En el modo de producción capitalista tanto los procesos de producción como de
extracción son ajenos al trabajador y de allí surgen los conceptos de alienación y
plusvalía elaborados por Marx. De allí surge la contradicción capital-trabajador.
El capitalismo tiene entre sus objetivos obtener la mayor plusvalía, para lo cual realiza
la mayor producción posible, que está limitada sólo por las posibilidades de consumir,
que depende del ingrso de los consumidores y el crédito disponible.
El modo de producción capitalista se caracteriza y diferencia de los anteriores por el
nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción.
Las fuerzas productivas comprenden: conocimientos productivos (ciencia y tecnología),
elementos materiales de producción (maquinaria, herramientas, instalaciones),
condiciones de producción (recursos naturales) y la población. Los conocimientos y
materiales de producción se han desarrollado al ritmo acelerado del crecimiento
globalizado del capitalismo, mientras que los recursos naturales son limitados.
Las mercancías como objetos corpóreos son combinaciones de dos elementos, la
materia física que suministra la naturaleza y el trabajo, como lo estableció Marx.
El capital realiza la explotación del trabajador y de la naturaleza no sólo agotando los
recursos no renovables sino destruyendo los ecosistemas por contaminación (suelos
cursos de agua atmósfera), y por destrucción directa (selvas, montañas, suelos).
La apropiación privada tanto de la fuerza de trabajo como de los recursos naturales
genera las contradicciones capital –trabajo y capital- naturaleza.
Mediante la innovación tecnológica las transnacionales superan, absorbiendo o
desplazando a las empresas nacionales El dominio privado sobre los recursos naturales
se ha globalizado, se ha concentrado y centralizado a través de las transnacionales.
La sobreproducción le exige al sistema productivo que acceda a mayor cantidad de
recursos naturales para lo cual científicos y técnicos al servicio del modo de producción
generan nuevas tecnologías que permiten extraer y utilizar recursos que no era posible o
era antieconómico hacerlo. Esto genera sobreexplotación de recursos naturales y
acentúa la contradicción entre el proceso de innovación tecnológico y la vida de los
ecosistemas. La innovación tecnológica aumenta el capital orgánico, agravando también
la contradicción capital –trabajo. La tasa de explotación tanto del trabajador como de
los ecosistemas se ha incrementado con los avances científicos al servicio del capital.
El control del trabajo y la naturaleza está en manos del capital, nunca antes se había
producido un avance tan fulminante en la explotación de la naturaleza por el capital.
Las nuevas tecnologías y el incremento del capital orgánico sólo responden al
incremento de las ganancias y no al respeto de la naturaleza. Quien domina el mercado,
secundado por los gobiernos y los organismos internacionales, no reconoce los límites
al uso de la naturaleza y como queda hoy demostrado no investigan, ni controlan las
externalidades generadas por su actividad.
Los grandes capitales detectan en el mundo las mejores condiciones (suelos, clima,
agua), para la producción de cada mercancía y obtienen las mejores exoneraciones de
impuestos. En las últimas décadas asistimos a una nueva etapa en la explotación de los
recursos naturales con la concentración y centralización del
capital por las
transnacionales.
El crecimiento mayor crecimiento de la economía mundial agravó la contradicción
capital- naturaleza, demostrando que el capitalismo no tiene dentro de sus objetivos
mantener el equilibrio de los ecosistemas. La actual crisis ambiental abarca a todos los
seres vivos del mundo y tiene su origen material en el proceso productivo.
La vinculación del ser humano con la naturaleza de la cual forma parte no es meramente
económica, hay relaciones que son vitales para la supervivencia de los seres vivos, pero
priman los intereses que enriquecen a un puñado de insaciables.
La contradicción capital naturaleza no se resuelve sólo con un cambio en el modo de
producción sino que es fundamental una nueva educación.
IV) El sustentable desarrollo.... de las crisis
La tragedia del Hombre: no comprender
el mundo en que vive, y....destruirlo
En las últimas décadas el capitalismo trascendió las fronteras de los países, se
transformó en transnacional, y globalizó la destrucción, a tal punto que se erige como el
enemigo de la vida en este planeta.
El capitalismo generó y está agravando las actuales crisis climática, crisis ecológica,
crisis alimentaria, crisis energética, crisis socio-cultural, crisis educativa, además de las
crisis cíclicas del capitalismo: crisis económica y crisis financiera.
Los únicos problemas que está resolviendo son el de la concentración, centralización, y
hegemonización del capital y el poder en el mundo.
En la etapa previa a la globalización ni empresarios, ni gobiernos, ni organismos
internacionales pusieron énfasis en el cuidado del ambiente y con la globalización se
aceleró este proceso de destrucción.
La crisis climática, por las emisiones de gases fundamentalmente vapor de agua y
dióxido de carbono y consecuencia directa de la sobreproducción industrial y el
transporte. La quema de combustibles, principalmente petróleo (que es el 82% de los
combustibles quemados), biomasa, y carbón son los responsables de las emisiones. Pero
el gas que genera mayor calentamiento de la atmósfera es el vapor de agua.
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Estas emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado cerca de un 70% desde
1970 y son la principal causa del recalentamiento global.
La Tierra está dando señales claras de calentamiento: once de los últimos 12 años
(1995-2006) están entre los 12 años más calientes del registro instrumental de la
temperatura superficial global desde 1850. La temperatura media anual en Europa
occidental ha aumentado entre 1 y 2 grados desde 1970, en Alaska cerca de 3,5 grados.
El hielo del Ártico se está derritiendo a una tasa del 2,7% por década, la capa de nieve
se reduce en zonas de montaña.
El dióxido de carbono no sólo produce el calentamiento de la atmósfera sino que
también acidifica los océanos.
El calentamiento global aumenta la periodicidad de las tormentas y su intensidad, así
como las sequías y las inundaciones, afecta la disponibilidad y calidad del agua potable
tanto en los cursos de aguas superficiales como subterráneas, desaparecen cursos de
agua, avanzan los desiertos y se deshielan los polos.
Se agravan los problemas en la producción de alimentos debilitando aún más la
soberanía alimentaria, aparecen nuevas enfermedades y otras se expanden afectando a
todos los seres vivos, estos efectos se multiplican en los pueblos empobrecidos.
El capitalismo estudia soluciones.
Realiza congresos, conferencias, simposios, sobre cambio climático, con rimbombantes
declaraciones que no se ponen en práctica y que no afectan este proceso de destrucción.
A modo de ejemplo el Protocolo de Kyoto (1997), precedido por el Protocolo de
Montreal (1987) y en el año 2000 el Convenio de Estocolmo.
Si bien estos acuerdos tenían buenas intenciones en la práctica no han avanzado en la
reducción de las causas que provocan el calentamiento.
Los gobiernos además formaron comisiones multinacionales para el cambio climático,
también declarativas.
Si bien realizan diagnósticos y definen algunos objetivos, la puesta en marcha de las
soluciones es muy lenta.
También se han implementado medidas económicas: cobro de impuestos a la
contaminación, impuestos a las emisiones de carbono, los bonos de carbono, que son
verdaderas sanciones que los responsables pagan y continúan contaminando.
Con los bonos de carbono se da un precio a la naturaleza, se da precio a los sumideros
de carbono, generando otro negocio paralelo la cotización en Bolsa de los bonos de
carbono, sin cesar la contaminación.
Si bien los gobiernos se comprometen, pero actualmente son las transnacionales las
responsables. Los gobiernos si ponen en práctica soluciones lo hacen con dinero de la
población, cuando esos costos los tienen que asumir quienes provocan los daños.
Nuevamente se contrapone ganancias para unos pocos, y costos para toda la población.
Ganancias privadas, costos socializados.
Los seres humanos no han tomado conciencia de los riesgos que esto implica para su
vida y la vida de la Tierra.
Crisis ecológica .
Los ríos contaminados y extinguidos
El suelo transformado en desierto.
Algunos autores, estiman que a nivel mundial se pierden entre 20.000 y 50.000 km2 al
año a través de la degradación de la tierra, principalmente la erosión de la tierra.
Quinientos millones de seres humanos viven en tierras desérticas en el mundo.
Especies extinguidas y pérdida de biodiversidad.
Las selvas destruidas con todos los seres, para realizar monocultivos, con el
consentimiento de los gobiernos y organismos internacionales. Se estima que durante
los últimos 15 años se ha producido una pérdida anual de 50.000 km2 de bosque
primario. El Amazonas reducido en un 20%.
La atmósfera degradada, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)
aproximadamente 2,4 millones de personas fallecen prematuramente cada año debido a
las partículas finas PM10. A esto hay que agregar ls muertes por contaminación
química.
La degradación de la Tierra es una pérdida a largo plazo de la función y servicios de los
ecosistemas, causada por alteraciones de las que los ecosistemas no se pueden recuperar
por sí mismo.
El hombre se ha transformado en el verdugo de los ecosistemas, sin hacerse
responsable.
El capitalismo aumentó el uso del petróleo y gas natural y desató la actual crisis
energética, se están reduciendo drásticamente las reservas de ambos combustibles. Este
proceso lo aceleran conscientemente los gobiernos que han eliminado los ferrocarriles
para sustituirlos por vehículos que consumen derivados del petróleo, con los cuales
también construyen las carreteras.
Las reservas de carbón se estima que pueden durar dos siglos, en cambio el gas natural,
el petróleo y el uranio se agotarán en un plazo de entre 40 y 60 años
El capitalismo propone abaratar el combustible y sustituir parcialmente el petróleo por
biocombustible, para eso destruyeron selvas y suelos, y en lugar de producir alimentos
se producen granos para biocombustible, encareciendo los alimentos. Tampoco se
abarató el combustible.
Cuidando las ganancias de las compañías petroleras no se ha difundido el uso de
energías renovables.
Estas reservas de energía se fueron generando por la naturaleza, almacenando energía
solar durante millones de años y el hombre las dilapida en algunas décadas.
Crisis alimentaria, cada vez es mayor la población del mundo que no tiene acceso a
cubrir las necesidades mínimas de alimentación, porque no tiene ingresos o son
insuficientes.
Las transnacionales desplazan a los pequeños y medianos productores agrícolas par
implantar monocultivos (forestales y soja) que generalmente no son para la
alimentación humana.
Contribuyen a generar esta crisis: destrucción del suelo, cambio climático, se utilizan
las tierras para producir granos para biocombustibles o consumo animal y forestación.
Desastres climáticos que arrasan con producción agrícola, sequías y lluvias prolongadas
que impiden producir. La degradación por erosión y contaminación del suelo reduce su
producción y productividad para quienes viven de ella.
El acceso al agua potable se está reduciendo en el mundo, la combinación de agua
contaminada y falta de saneamiento hace que sea la segunda causa de muerte de niños a
nivel mundial con 1,8 millones al año.
Según las Naciones Unidades el uso actual de la tierra es insostenible y su degradación
es una de las amenazas principales para las economías y la soberanía alimentaria.
Las poblaciones de peces tanto de agua dulce como salada también se reducen, por la
pesca depredadora y la contaminación, afectando la alimentación de pueblos. Las tres
cuartas partes de las zonas pesqueras agotadas o en peligro de serlo.
Para “resolver” el problema del hambre, el capitalismo propuso la llamada Revolución
Verde que destruyó las estructuras productivas familiares, contaminó y la producción
no la pudieron consumir los más necesitados porque sus ingresos no se lo permitieron.
También para aumentar la productividad y producción propuso el uso de semillas
transgénicas. Se incrementó la producción de soja, pero el 50% se destina a consumo
animal y otra parte para biocombustible y sus precios no se redujeron.
En la crisis alimentaria los organismos internacionales asisten a los hambrientos pero
sin generar soluciones estructurales, sólo realizan la llamada “ayuda humanitaria”.
El mercado especulativo de los derivados incrementó los precios de los alimentos
agravando aún más el problema. Con esta especulación se enriquecen los grandes
capitales con dinero que surge del hambre de los pueblos.
Según estudio de las Naciones unidas entre 1981 y 2003 se produjo un descenso
absoluto en la producción primaria neta de un 12% de la superficie total de tierra.
Con respecto a la eficiencia en el uso del agua de lluvia, se registró un descenso
absoluto del 29% de la zona terrestre. Las áreas afectadas suponen el hogar de 1.000
millones de personas, aproximadamente el 15% de la población mundial
El capitalismo extrae la riqueza donde esté aunque sea el alimento de los niños, los
gobiernos y organismos internacionales expandieron el mercado de manera que los que
no tienen ingresos no accedan a cubrir las necesidades mínimas. Esta exclusión del
sistema de amplios sectores de la población es propio de la explotación del trabajador
y del consumidor así como de los recursos naturales para su beneficio.
El hambre afecta a 1.000 millones de personas.
Nunca el capitalismo intentó resolver este problema organizando la producción, siempre
dejó en manos del mercado que está en poder de los grandes capitales la asignación de
recursos escasos.
Crisis socio-cultural
Se impuso el consumismo como un objetivo de vida.
S e expande la cultura de la droga, de la violencia, de la acumulación de capital.
Se cultiva la despreocupación por los problemas comunes.
La población tiene dificultad para acceder a la cultura y a la información real.
Ni la enseñanza, ni los medios de difusión aportan lo necesario para resolver estos
problemas.
Crisis educativa
Actualmente la enseñanza terciaria está al servicio del capitalismo, que es quien
produce las crisis.
A pesar de que hay más egresados a todos los niveles no están preparados ni técnica ni
emocionalmente para pensar, comprender, actuar y crear un mundo humano.
La educación debe hacer un abordaje transdisciplinario del las crisis.
El capitalismo no realiza prevensión, y niega los problemas hasta que le resulta
imposible ocultarlos.
La sustentabilidad de las crisis actuales cada vez están más concentradas en empresas
transnacionales.
El capitalismo atiende con urgencia y sin escatimar recursos las crisis financieras y
económicas. Para las otras crisis ni los gobiernos ni los organismos internacionales
tienen recursos.
La actual crisis se está transformando en crisis de civilización, donde todo lo que es vida
se destruye.
La única solución es considerar el problema holísticamente de manera que la actuación
en un sector no tenga o sean mínimas las consecuencias sobre los otros sectores, mínima
consecuencias sobre el ambiente.
V) Producción, consumo ¿y después?
La fragmentación del capitalismo
“Ningún sistema puede ser sustituido con la
crítica que lo derrumba; sólo un sistema nuevo
puede sustituir a uno viejo” Saint-Simon
El proceso económico en la economía neoclásica es un proceso cerrado: producción,
transporte, distribución, consumo. La economía convencional no acepta la relevancia
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de la naturaleza, su equilibrio y la inserción del ser humano en la misma, la considera
sólo una fuente de materia prima. Es un enfoque crematístico.
En la economía ecológica el proceso económico es abierto, incorpora los flujos
materiales y de energía, un proceso que comienza con la naturaleza y energía solar, y
abierto también a la salida: residuos materiales y disipación de calor.
De la naturaleza se utilizan los recursos naturales para obtener materia prima y
alimentos.
Los procesos productivos, transporte, distribución y consumo eliminan residuos y
energía. Esos residuos tienen que ser reciclados para que no generen desequilibrios en la
naturaleza.
La economía ecológica trasciende la economía neoclásica ambiental e incluye la
necesaria evaluación física de los impactos ambientales de la actividad humana.
Los impactos ambientales: contaminación, eliminación de residuos, energía disipada
deben ser mínimos, eso es parte de la instalación del centro de producción. Esto no es
posible dentro del actual modo de producción porque atenta contra las ganancias
empresariales.
Ni las autoridades nacionales ni los organismos internacionales consideran la
insustentabilidad del actual crecimiento de la producción y del consumo en este modo
de producción capitalista, y por eso permiten su avance.
La producción es esquilmante de la naturaleza, como consecuencia de la innovación
tecnológica, de la maquinaria y de los residuos que genera, el crecimiento económico
está profundizando las crisis.
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Consumo
Producción
Actualmente hay sobre-producción de bienes y servicios suntuarios o innecesarios, pero
que generan ganancias. También hay sub-producción de bienes imprescindibles para
cubrir las necesidades básicas de la población.
La producción y los mercados están en poder de las transnacionales.
La producción de alimentos se ha incrementado, por la innovación tecnológica, el uso
de productos químicos y semillas genéticamente modificadas, aunque no se cubren las
necesidades esenciales de la población del mundo y se deteriora su calidad.
El modo de producción capitalista no ha solucionado los problemas esenciales:
nutrición, educación, salud, vivienda, cuidado del ambiente, porque no les genera
ganancia, esto sólo se puede realizar desde la órbita pública.
El incremento de producción capitalista beneficia a los gobiernos porque incrementan
su recaudación y mejoran las variables macroeconómicas.
El modo de producción capitalista superó las limitaciones al acceso a los recursos
naturales mediante la globalización, apropiándose y extrayendo los recursos que tiene
cada país, con el apoyo de los gobiernos que le abrieron las puertas a la “beneficiosa “
IED. Los límites que la naturaleza establece no son comprendidos
Transporte
La actual producción de alimentos o materias primas no se realiza siempre con la mayor
proximidad a los centros de consumo o industria, lo que genera importantes costos de
traslado. En otros casos a pesar de producirse próximo al centro de consumo se
traslada para industrializarse y luego vuelve al centro de consumo. El transporte se
realiza en vehículos que se mueven con derivados de petróleo y utilizando carreteras de
alto costo.
Los exagerados costos de traslado los paga el consumidor.
Para poder incrementar la acumulación de capital se eliminaron o redujeron los
ferrocarriles en el tercer mundo. De esta manera se incrementó el consumo de camiones
para transporte de carga, de ómnibus y automóviles para el transporte de personas, con
la consiguiente construcción y reparación de carreteras.
Consumo
Para el capitalismo el ser humano es quien proporciona la fuerza de trabajo y además un
instrumento de consumo, en ese sentido lo bombardea permanentemente para
manipularlo en su potencial de consumo, lo cual lo obliga a trabajar y consumir más.
El consumo de algunos bienes como armas, drogas y productos químicos está
generando graves problemas sociales en el mundo.
El consumo de vehículos acelera el calentamiento global además de colaborar en el
despilfarro en las economías nacionales, por la importación de vehículos, la
construcción de carreteras y su mantenimiento.
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La demanda de inmuebles terminó generando una burbuja que al explotar comenzó la
crisis financiera global.
El consumo de agrotóxicos está generando junto a los residuos industriales la
contaminación del mundo.
Mientras algunos consumen más de lo necesario otros no llegan a los mínimos de
subsistencia.
En las últimas décadas comenzó a tomar relevancia lo que Marx denominó valor de uso:
utilidad que un bien tiene para el consumidor. Este valor de uso puede provenir de las
necesidades inherentes al ser humano, pero también pueden ser generadas por el
productor a través de propaganda. El límite de las necesidades del consumidor lo
resuelve el capitalismo generándole necesidades. Hasta hace unas décadas la
producción de bienes y servicios era para cubrir las necesidades básicas de los
consumidores, actualmente los productores manejan elementos subjetivos para que se
consuma mercancías que otorgan prestigio social, esto no es más que la explotación del
consumidor a través de lo que Marx llamó el fetichismo mercantil. Se convence al
consumidor de la importancia social de consumir determinadas marcas, o artículos que
se innovan permanentemente.
La limitación de las remuneraciones de los consumidores las elimina el mercado,
transitoriamente, mediante los créditos, con el consiguiente endeudamiento.
La estimulación de la demanda, para mantener creciente la valorización del capital
provoca un derroche de los recursos materiales, humanos y financieros del planeta, que
culmina provocando crisis y muestra lo irracional del modo de producción capitalista.
Residuos
Para el capitalismo los residuos son externalidades que no le incumben al proceso
económico. Esto está llevando a la degradación del ambiente.
Su reciclaje evita la contaminación y se recuperan materiales.
Nuevo orden
El sistema capitalista ha demostrado que no puede resolver los problemas del hambre, la
droga, las guerras, la delincuencia, el exceso de consumo de petróleo, el agua, la
vivienda, la salud, por el contrario extiende rápidamente la pobreza y la exclusión en el
mundo y la destrucción de la naturaleza, con la anuencia de los gobiernos y organismos
internacionales. Nunca el mercado ha tenido mayor libertad, ni mayores recursos, ni
mayor globalización, ni mayor crecimiento, aún así estos problemas se agravan, lo que
demuestra que la actividad económica no puede quedar en manos de los dueños del
mercado.
Es necesario construir un nuevo orden social en el cual la producción se oriente a cubrir
las necesidades básicas: alimentación, vestimenta, educación y salud, generando
condiciones para la convivencia humana, y los residuos y la contaminación sea mínima.
Para esto es necesario realizar lo mismo que se realiza dentro de una empresa: organizar
el trabajo de manera que tenga los menores costos y sea lo más eficiente. La producción
tiene que ser planificada, al igual que el transporte, y el reciclado de residuos, y el
consumo debe ser orientado, no impuesto como actualmente.
Actualmente la enseñanza en todos sus ciclos: primaria, secundaria y universitaria está
orientada a que las personas obtengan la mayor ganancia, pero no a detectar,
comprender, pensar y actuar para resolver las necesidades básicas.
Reordenar el consumo
Para reordenar el consumo hay que dejar de lado el consumo impuesto por las empresas
a través de la propaganda, y fomentado por el crédito. El consumo no debe ser una
forma de vida, el mercado ha transformado al ser humano en un autómata consumidor.
El consumo debe ser de los bienes útiles o necesarios para vivir, lo cual debe ser
promovido a través de la educación e instrucción.
La estructura del consumo no se puede cambiar dentro del modo de producción
capitalista porque su objetivo continúa siendo la ganancia.
Reordenar la distribución de mercancía por la intermediación.
Actualmente hay exceso de trabajadores en el comercio en relación a los trabajadores
productivos. La crisis ha hecho que se multiplicaran los comercios que venden artículos
similares.
Planificación
Las capitalistas planifican su funcionamiento para ser más eficientes y poder competir
en mejores condiciones, pero eso no lo admiten para las economías nacionales porque el
desorden del mercado les permite apropiarse de los recursos que necesitan para su
producción.
Las externalidades de las actividades del modo de producción capitalista tienen costes
sociales y destrucción ambiental irrecuperable.
Es necesario considerar el esquema abierto del proceso económico en forma holística,
no debe continuar la fragmentación del proceso económico como ocurre actualmente. El
Estado considerando las superiores necesidades
de la población y próximas
generaciones debe ubicar el proceso productivo en el ambiente para lo cual es
imprescindible la propiedad social de los medios de producción y la planificación
económica.
Los gobiernos tienen que determinar los lugares geográficos adecuados para producir, el
tipo de producción más conveniente, ordenar el transporte, y la distribución de los
productos para el consumo.
Actualmente la oferta cubre la demanda, de aquellos que pueden pagar lo que necesitan,
aunque tengan hábitos de consumo que exceden las necesidades básicas.
13
En un nuevo orden un órgano central del gobierno es quien decide que y cuanto
producir, en lo nacional como en cada centro de producción para cubrir las necesidades
básicas de todos los habitantes: aquellos que no tienen ingresos suficientes también
tienen que tener cubiertas sus necesidades básicas. Esto incluye también determinar la
dimensión de cada unidad de producción.
También los gobiernos tienen que determinar como y donde producir. Esto implica
control del uso de recursos naturales.
El como implica determinar reglas generales sobre el laboreo del suelo, cuidado y uso
de cursos de agua. Por supuesto que luego estos lineamientos tienen que ser adaptados
por la unidad de producción de acuerdo a sus posibilidades. También implica resolver
sobre las tecnologías y la energía a utilizar.
Donde producir implica la ubicación geográfica de la unidad de producción. No sólo
para utilizar las mejores condiciones, sino la proximidad a los centros de consumo o
industriales, para evitar los actuales costos de transporte.
Es necesario comenzar a construir una alternativa al orden capitalista, que ha
demostrado su poder destructivo y también que la única solución es la planificación
desde un centro de gobierno de la economía nacional hasta las unidades de producción.
Si bien esto es condición necesaria no es suficiente porque los responsables de orientar
la planificación tienen que ser educados para un nuevo orden.
No es sólo la planificación a través de un órgano de gobierno determinado políticamente
y con participación de los científicos sino también con participación social.
VI) “Solucionando” las externalidades
La economía neoclásica reconoce la existencia de efectos de su funcionamiento que
afectan negativamente al ambiente y al resto de la población. También hay efectos
positivos pero en mucho menor grado.
Los efectos negativos pueden ser detectados de manera inmediata, como puede ocurrir
cuando por contaminación mueren peces, o no ser perceptible de manera inmediata
como ha ocurrido con la contaminación atmosférica.
Todas las decisiones económicas tienen impactos ambientales.
Los neoclásicos y en particular la economía ambiental define externalidad como los
impactos negativos o positivos de la actividad económica de personas, empresas o
gobiernos que afectan a terceros y por la cual no paga ni reciben compensación por los
costes o beneficios ocasionados.
De acuerdo a esta definición, se considera externalidad no cuando se produce el impacto
ambiental sino cuando este afecta los beneficios de los terceros. Si los impactos no son
percibidos por las personas afectadas, o no le importan a los propios afectados porque
no toman conciencia de su alcance, no estaríamos frente a externalidades. De acuerdo a
esto los impactos ambientales que no le importan a nadie, o sólo a unos pocos no se
consideran costes sociales.
Se considera externalidad negativa cuando el que la produce no paga o compensa a
quien es afectado por la misma. De acuerdo a esta definición si quien genera el impacto
paga o compensa deja de ser externalidad. Esta definición no considera a los que
reciben el impacto y no son compensados, como puede ocurrir con otros seres vivos
afectados. Las externalidades pueden provenir de la producción o del consumo, y todas
las externalidades negativas se traducen en costes sociales.
La economía ambiental propone la internalización de esos impactos ambientales,
producidos por la racionalidad productiva dominante. Ha realizado intentos de utilizar
métodos de análisis y evaluación con el propósito de incorporar “funciones de daño” a
la producción y valorizar recursos naturales para internalizar las externalidades. Pero la
internalización se puede realizar a través de la disciplina a la que pertenecen y no a
través de una incompleta valoración de la externalidad, porque la valoración monetaria
es posible sólo cuando las externalidades son reversibles.
La economía ortodoxa no integró las externalidades en sus modelos, ni en sus prácticas.
En su adoración por la valoración los ortodoxos tratan de unir lo particular con lo global
a través de la valoración.
Las empresas aún no están internalizado sus impactos negativos a pesar de que están
obteniendo las máximas ganancias. El capitalismo no acepta internalizar los costos
ecológicos o sociales porque implica reducir sus ganancias y aunque quisiera hacerlo
hay impactos que no son internalizables, por ejemplo el cambio climático, producido
directamente por el funcionamiento de algunas de las industrias y de algunos bienes que
ellas producen, y que utilizan derivados del petróleo. Esta externalidad no queda
circunscripta a la zona de localización de la industria sino que afecta al clima y la vida
en todo el mundo. La investigación e incorporación de tecnología que mitigue esas
externalidades depende de su costo, estas limitantes hasta el momento no se han podido
superar.
Aunque lograran internalizar los costos, los impactos ambientales continuarán con la
destrucción ecológica, la degradación ambiental y la sobreexplotación de los recursos
naturales.
Los gobiernos mitigan algunas externalidades utilizando recursos públicos y en la
mayoría de los casos permiten el agravamiento que nos condujo a las actuales crisis y
con contaminación generalizada. También crean instituciones que tienen como objetivo
el control de la contaminación, pero no tienen laboratorios adecuados, y terminan
adaptándose a las necesidades de funcionamiento de las empresas contaminantes.
Los organismos internacionales realizan declaraciones, informes y propuestas que
tampoco previenen ni revierten la situación.
Estas externalidades no son sólo externalidades de las personas, empresas y gobiernos,
son externalidades del modo de producción capitalista que no asume sus costos. Sobre
esto Kapp puntualizó: “Las externalidades no son fallas en el mercado sino más bien
deplorables éxitos en transferir costes a otros”.
A los gobiernos les sirve este modo de producción porque las variables que utiliza para
medir el crecimiento de la economía se basa en la producción sin reflejar las
externalidades. Utiliza las mismas variables que las grandes empresas, la contabilidad
de los gobiernos es un reflejo de la contabilidad de las empresas capitalistas y registran
los ingresos pero no los inmensos daños ambientales. Las economías de los países
crecen, su P.I.B. crece, mientras se destruye la base del país: la naturaleza y la sociedad.
El actual modo de producción genera externalidades porque las relaciones sociales de
producción han relegado a los valores de uso a un segundo plano en relación a los
precios, y también porque las relaciones de producción separan las decisiones de
producción de las políticas relacionadas con la naturaleza.
Un nuevo orden no debe tener externalidades, ellas son consecuencia del enfoque
fragmentario de los problemas por parte del capitalismo, que las ocultó y subestimó
hasta que le resultó imposible hacerlo.
El proceso económico es parte del ambiente y debe ser considerado con este de manera
holística, para lo cual el enfoque tiene que ser transdisciplinario y consecuencia de una
nueva educación que prepare la investigación y el trabajo en equipos. Para esto la
economía no puede estar en manos privadas cuyo objetivo es la ganancia y la
acumulación de capital, la economía debe estar orientada por un centro de comprensión
y regulador de la producción que represente al pueblo.
La verdadera solución consiste en reestructurar la producción nacional y mundial.
Las empresas que produjeron estos daños deben pagarlos, lo cual sería imposible por su
costo y por lo tanto, tiene que pasar a los pueblos, como forma de pago.
La problemática ambiental es netamente política, y de esta depende su solución, o de
otra manera continuarán degradando la Tierra.
VII) Sustentablidad ¿de que?
La tragedia del hombre.
El concepto de desarrollo sustentable nació en 1987 en la Comisión Mundial sobre
Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas presidida por la Primer Ministra
Noruega Gro Bruntland : “El desarrollo sustentable es aquel que satisface las
necesidades de las generaciones presentes, sin comprometer las capacidad de las
generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” Esta definición aceptada
por su ambigüedad, le permitió utilizarla a economistas, capitalistas y ambientalistas y
todavía no se ha transformado en hechos. Se adoptó para contraponerla al modo de
producción existente, para generar la imagen pública de construcción de una nueva
economía que salvaría la insustentabilidad del modelo actual, aún no se han clarificado
las metas, ni siquiera por las Naciones Unidas.
Teóricamente la creación del término sustentabilidad aplicada al crecimiento o al
desarrollo fue una aspiración llena de buenas intenciones. El intento fue que abarcara
diferentes aspectos del cuidado del ambiente sin disminuir o incrementando la
producción para poder cubrir las necesidades de la población del mundo, su uso tiene
gran elasticidad y se adapta y es usado inclusive por diferentes enfoques destructores
del ambiente.
La actual producción creciente de bienes que alimentan el consumismo es insustentable,
este concepto y su extensión no redujo ni racionalizó la producción en el mundo, a pesar
de su amplia aceptación.
La ambigüedad del concepto impide aclarar las metas que se pueden proponer con el
desarrollo sustentable y que van desde hacer sustentable el actual consumismo, la actual
producción esquilmante, el uso actual de la energía no renovable, o implementar el uso
de nuevas energías y cubrir todas las necesidades básicas de la población del mundo. Es
un término que elude los problemas que destruyen la sociedad actual, por ejemplo:
guerras, violencia, droga y que tienen altos costes sociales.
La pregunta clave es: ¿Es posible cubrir las necesidades básicas de la población del
mundo sin generar las crisis actuales?
El mercado no está en manos de quien tiene la comprensión del ambiente, sino en quien
tiene capacidad para obtener más ganancia, y a ellos les preocupa mantener la
continuidad en el acceso a la materia prima que necesitan para producir, sin considerar
sus externalidades.
En el mundo es posible cubrir las necesidades básicas de las poblaciones: alimentos,
vestimenta, vivienda, salud, educación, pero no es posible mantener el actual
crecimiento de la producción que alimenta el consumismo de bienes y servicios
innecesarios de unos pocos.
Más allá de discutir sobre el significado del término sustentable es necesario definir los
objetivos y los caminos para el desarrollo sin destruir el ambiente, mejorándolo y
generando una economía al servicio del ser humano para cubrir sus necesidades básicas
y que le permita el despertar como ser humano, que se contrapone al despertar como
consumidor.
Para comenzar a llegar a acuerdos para la construcción de una nueva sociedad, debe
existir una terminología directa, que no genere dudas sobre su contenido: no
contaminar, no destruir recursos, no destruir naturaleza, no destruir al ser humano, para
esto no es necesario generar discusiones estériles sobre el contenido de los términos,
como ocurre con este.
Si bien el crecimiento tiene límite el desarrollo no los tiene.
La idea de crecimiento o desarrollo que se utiliza en la práctica por los economistas
neoclásicos es la de PIB, y desvinculada del mundo físico cuya destrucción se realiza en
paralelo al crecimiento del PIB, pero que en las economías actuales se ignora por
conveniencia política y del poder dominante.
Los ecosistemas deben ser tratados con la delicadeza de la comprensión y no con la
ignorancia de quien tiene como único objetivo la ganancia, para esto es necesaria una
nueva educación.
El discurso de sustentabilidad es un eslabón en la cadena de estrategias para continuar
explotando al hombre y su entorno, más que ponerse de acuerdo sobre su contenido es
necesario acordar sobre el contenido de un nuevo orden y comprometerse en la acción
para establecerlo, y poder superar la actual displicencia y permisividad.
La tragedia del hombre: no comprender el mundo que lo rodea y permitir su
destrucción.
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No se trata tanto de la sostenibilidad como de reconsiderar críticamente el camino
recorrido, volviendo a conectar lo físico con lo monetario y la economía con las ciencias
de la naturaleza.
Si se llegara a un acuerdo sobre el término sustentable, nos podemos preguntar: ¿para
que ese desarrollo?, ¿para seguir beneficiando a las empresas que impulsan el
consumismo mientras otros no tienen acceso a él? ¿administrar bien los recursos para
seguir perjudicando a la inmensa mayoría de la población del mundo?.
La sostenibilidad con el trasfondo económico que le da fundamental importancia al
valor de cambio, reduce el problema a su expresión monetaria.
VIII) Soberanía alimentaria????
La naturaleza destruida por la mano visible del mercado
La tierra de producción debe ser
organizada, no meramente subdividida.
E. Bachini
La producción de bienes y servicios, y la orientación de los consumidores la deciden en
el mercado los propietarios de los medios de producción, en su persecución de
ganancias y sin conocimientos suficientes sobre las necesidades de los seres humanos,
ni de los delicados equilibrios de los ecosistemas.
Los ecosistemas, la producción y las ciudades, están regidas por quienes consideran
fundamental, la ganancia.
El capitalismo ha demostrado en estas últimas décadas que transforma en pos de la
crematística lo abundante en escaso, lo limpio en contaminado, y al ser humano en su
esclavo.
Si bien están en crisis todos los ecosistemas es necesario atender especialmente el
ecosistema suelo, y lo ecosistemas relacionados con el agua.
Todos los ecosistemas están interrelacionados, y el deterioro de alguno de ellos afecta a
los demás , en particular el cambio climático afecta directamente a todos los demás
ecosistemas, cuando se destruye el ecosistema selva se reduce la absorción de dióxido
de carbono del mundo.
En particular consideraré algunos efectos del modo de producción capitalista en los
ecosistemas suelo y agua, cuya degradación es visible y son esenciales para la vida en
este planeta, porque es de donde se obtienen los alimentos del ser humano y de los
demás seres vivos.
Se puede considerar que el principio del ataque generalizado a la fertilidad del suelo
fue el uso del arado de reja con vertedera, con el cual se obtuvieron, al principio, buenos
rendimientos en las cosechas, pero luego se produjo la mayor erosión de la historia de la
humanidad. Este arado entierra la vida aeróbica del suelo, que muere al no recibir el
oxígeno que necesita, también entierra la materia orgánica, que se descompone en
condiciones anaeróbicas, y no mejora la fertilidad del suelo, y por último genera piso
de arado, lo cual facilita el escurrimiento del agua de lluvia y la erosión del suelo, e
impide que esa agua se almacene en la profundidad del suelo.
18
Modernamente otras prácticas destruyen el suelo: - la excéntrica destruye la estructura
del suelo y genera piso de arado,
- quema de rastrojos que elimina la
materia orgánica fundamental para mantener la fertilidad y mata los seres vivos de la
superficie,
- prácticas agrícolas y ganaderas que
dejan el suelo descubierto facilitando la erosión,
- monocultivos agrícolas que esquilman el suelo extrayendo siempre los mismos
nutrientes y eliminando los mismos tóxicos, además utilizan semillas genéticamente
modificadas cuyos efectos no están totalmente estudiados, pero que están acompañados
por
el
uso
de
agrotóxicos
que
eliminan
la
biodiversidad,
-
monocultivos forestales: eucaliptos, pinos, palma aceitera que eliminan la
biodiversidad de manera permanente, y afectan las napas subterráneas de agua
- siembra directa favoreciendo la
compactación, erosión y escurrimiento del agua, sin cobertura en el suelo, ni laboreo
vertical que elimine la compactación.
- no se impide el escurrimiento del agua de
lluvia,
- prácticas mineras que destruyen el suelo y
contaminan las corrientes de agua.
Externalidades de la actual producción agropecuaria: erosión y contaminación.
Las prácticas del cuidado del suelo incrementando la producción y productividad así
como el cuidado de los curso de agua han sido largamente estudiados en teoría y
práctica, pero no han sido puestas en marcha por el capital porque no genera las
ganancias monopólicas de las semillas transgénicas y sus productos químicos, ni las de
los monocultivos forestales.
El suelo descubierto permite la erosión hídrica y eólica que se lleva la parte del suelo
más rica en materia orgánica y los nutrientes más importantes para las plantas
La erosión hídrica es producida por las gotas de lluvia cuando encuentra el suelo
desprotegido y provoca la pérdida de la mejor parte del suelo.
Los residuos de las cosechas en la superficie mejoran el suelo, pero para obtener mayor
ganancia actualmente, se ensilan o enfardan y con ellos se alimentan a los animales,
aunque en el largo plazo sea perjudicial para el suelo. La celulosa en la superficie se
descompone y genera un coloide poliurónido, que protege a los suelos de la erosión
porque mantienen la unión entre las partículas.
La erosión hídrica arrastra fertilizantes químicos y agrotóxicos que envenenan los
cursos de agua y las napas subterráneas, y se hace visible dándole color a los cursos de
agua superficiales. Deposita arena en el lecho de los ríos, genera bancos de arena,
quitándole profundidad a los pasos y a los ríos. Esa arena sepulta la vida en sus lechos
que es el alimento de los peces. Los productos químicos tóxicos y la erosión destruyen
el ecosistema que sustenta a los peces.
El agua de lluvia que escurre no penetra en el suelo, no nutre las napas de agua
subterráneas y esto contribuye a su retiro o reducción del caudal, lo cual hace más difícil
el riego o la obtención de agua para consumo humano. Cuando el agua de lluvia no se
retiene en el suelo se agravan los periodos de sequías y pueden generar inundaciones,
muy comunes y agresivas actualmente. En la obra “Las sequías y las inundaciones” de
Florentino Ameghino se presentan como dos caras del mismo problema.
Los costos de estas externalidades tienen que ser de cargo de quienes permiten o
provocan la erosión, de quienes utilizan agrotóxicos, y de los gobernantes que lo
permiten, nunca de quien es perjudicado.
El control de la erosión debe ser preventivo y es necesario hacerlo de manera urgente en
todos estos países
En el actual modo de producción se considera tolerable la pérdida por erosión hídrica de
hasta 5.000 kg. de tierra por hectárea, por año, medio kilo por metro cuadrado.
La naturaleza demoro miles de años en formar el suelo que se está perdiendo en las
últimas décadas. El productor no sólo no debe perder suelo sino que debe mejorarlo,
aunque debemos acotar que los que están produciendo en el agro en su mayoría son
inversores transnacionales y no productores.
Las pérdidas de suelo obligan a los productores a mayor consumo de fertilizante
importados, con alto costo para los consumidores, pérdida de divisas para el Estado, sin
mejorar la calidad del suelo porque son fertilizantes para los cultivos.
Algunos gobiernos cobran multas a algunos agricultores por la erosión provocada, en
realidad se sanciona a unos pocos, con montos ridículos comparadas con la erosión que
producen, mientras el resto continúa erosionando.
Estas multas son sólo un elemento propagandístico para los gobiernos, porque el
productor no restituye la calidad del suelo que es lo que realmente importa para
mantener la soberanía alimentaria.
Los organismos de gobierno encargados de controlar la erosión, en los países
empobrecidos, no tienen normativas claras, ni realizan controles adecuados. Actúan
como si la tierra no tuviera que ser útil a las próximas generaciones. Quienes tienen la
propiedad de la tierra sólo tienen el derecho de uso.
La siembra directa es un avance en cuanto a no destruir la estructura del suelo, pero
cuando se siembra soja se realiza un cultivo por año, dejando luego el suelo
peligrosamente descubierto, porque deja pocos residuos, y además no se controla la
compactación del suelo producida por la maquinaria.
Los monocultivos agrícolas realizan una verdadera minería, extrayendo siempre los
mismos nutrientes.
Soberanía alimentaria
La soberanía alimentaria comienza en la calidad del suelo y el acceso
al agua para los cultivos. Los suelos erosionados ponen en riesgo la
calidad y las posibilidades de producción, además de tener mayores
costos, por uso de fertilizantes y agrotóxicos porque las plantas se
hacen más vulnerables a las plagas.
Los riesgos por el uso de semillas genéticamente modificadas no se
han evaluado, pero hacen a los pueblos dependientes de las
transnacionales que las producen, y de los agrotóxicos que también
ellas producen. En esta invasión de semillas transgénicas se pierden
semillas propias y se abandona la investigación de sustitutos.
La reducción de la profundidad de los cursos de agua por la arena
acumulada en su lecho, y los agrotóxicos y fertilizantes reduce la
población de peces y la posibilidad de
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obtener ese alimento.
Contaminación y reducción del caudal de las napas subterráneas
reduce las posibilidades de uso de esa fuente de agua.
El cambio climático genera temperaturas extremas mayores, y
sequías con incendios e inundaciones como un nuevo obstáculo a la
producción de alimentos.
A estos problemas generados desde la producción, se le agrega el
problema de el mercado de derivados, donde aumentan los precios
de las materias primas y alimentos, agregándole un componente de
especulación, lo que dificulta aún más la alimentación de los pueblos.
Las transnacionales concentran el mercado de productos agrícolas, de
agrotóxicos, semillas transgénicas e híbridas, y maquinaria agrícola
que con el avance tecnológico incrementan el capital orgánico en la
producción agrícola, desplazando del campo a los trabajadores y sus
familias.
La producción agrícola tiene que orientarse a cubrir las necesidades alimentarias de la
población para luego continuar otro tipo de cultivos necesarios.
Propuestas
Extensamente se han divulgado diferentes técnicas de producción
agrícola sin productos químicos. Muchos autores se han ocupado de
la producción biológica de alimentos, tanto en huerta como en
cultivos extensivos.
El laboreo vertical facilita la penetración de aire y agua en el suelo.
Utilización del barbecho, abono verde, leguminosas como la alfalfa, para devolver al
suelo su esponjosidad, y que se reproduzcan la microflora y microfauna.
En todos los casos es necesario realizar rotación de cultivos, los monocultivos son una
verdadera minería, y agregan siempre los mismos productos de desecho al suelo.
Construcción de terrazas y tajamares como forma de retener el agua de lluvia, y el suelo
arrastrados.
Proteger los cursos de agua y estanques con árboles.
La erosión eólica genera pérdidas de suelo y se resuelve con cortinas de árboles y
manteniendo el suelo cubierto.
De continuar este proceso productivo, no se legara suelo fértil a las generaciones
futuras, y el costo de la producción se continuará incrementando.
La tierra como escenario social, es el lugar donde vivía y generaba su sustento el
campesino y su familia, a través de décadas. Actualmente es desplazado por la nueva
agricultura de inversionistas y monocultivos extensivos, sustentada por transnacionales.
Las transnacionales están generando un proceso de descolonización del campo
destruyendo lo construido.
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Conclusión
Las tierras en poder de privados o públicos, con productores alineados con la tecnología
capitalsita, sin comprender las necesidades del suelo , ni las necesidades de
alimentación de la población generan los problemas que están generando hace décadas y
que año a año se agravan.
Es necesario estudiar transdisciplinariamente la producción agropecuaria, las
necesidades nutritivas y la salud humanas y de los ecosistemas, este proceso tiene que
tener un respaldo de investigación, instrucción y educación, no es sólo el problema del
derecho al uso de la tierra.
Quienes dominan el mundo están comprando las tierras agrícolas que son la fuente de
alimentos de la humanidad.
Del costo de esta crisis por el uso del suelo no se hacen cargo ni las transnacionales, ni
el sistema financiero que las financia, ni los gobiernos.
La crisis alimentaria tiene su origen en una crisis de educación, está fundada en una
enseñanza donde el objetivo es repetir los conocimientos capitalistas y no cuestionar sus
prácticas destructivas, ni enseñar para comprender y resolver estos problemas que se
agravan. Una vez más la enseñanza alejada de la realidad.
Para resolver este problema no alcanza con aplicar tecnologías no destructivas, sino que
es necesario generar una nueva organización de la producción con base en la vida en
cooperación, al igual que las decisiones de producción y distribución.
XIII)
500 años después: Turbocolonialismo
En el año 1992 se cumplieron 500 años del comienzo del sometimiento por la fuerza de
los pueblos de América Latina, masacres, colonización cultural y despojo de sus
riquezas.
Podemos fijar el año 1990 como fecha del comienzo del incremento de la IED en
América Latina y el mundo.
En junio de 1992 se realizó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio
Ambiente y Desarrollo, en Río de Janeiro. Allí fue elaborado y aprobado un programa
global (conocido como Agenda 21) para establecer las bases del desarrollo sustentable.
Esta conferencia se realiza cuando se cumplen los 500 años de la primera colonización,
parece realizada a propósito para distraer al mundo del comienzo del avance de las
transnacionales. A partir de ese momento creció la economía mundial y también la
agresividad contra la naturaleza, lo que le quita el carácter de sustentabilidad a ese
crecimiento.
La banca se moderniza: “originar para distribuir”
La actual crisis financiera global es consecuencia de la excesiva liquidez global, lo que
nos lleva a preguntarnos: ¿Cómo se generó esa excesiva liquidez que se globalizó
rápidamente?
22
Respuesta: se desarrolló mediante una actividad no tradicional realizada por el sistema
bancario, utilizando el modelo que se llamó originate-to-distribute (originar para
distribuir).
Este modelo se puso en marcha en un escenario con las siguientes características:

Eliminación de las barreras a la libre movilidad de los capitales

Internacionalización de los mercados financieros haciendo desaparecer las
fronteras entre banca, calificadoras de riesgo, seguros y valores cotizables en la Bolsa

Generalización de las tecnologías informáticas en los mercados
Con este marco se produjo la expansión de los mercados, los activos financieros se
triplicaron entre 1990 y 2006 utilizando ese modelo.
Estas actividades financieras superaron ampliamente, en monto, a las actividades
tradicionales de los bancos de tomar depósitos y conceder créditos.
En el modelo tradicional de banca hold-to-maturity (conservar hasta el vencimiento) se
otorgaban préstamos que permanecían en el activo del balance del banco hasta su
vencimiento. En este modelo el banco estudia los créditos a otorgar valorando el riesgo y la
rentabilidad de los proyectos que financia, y se hace responsable de la recuperación del
crédito.
En el nuevo modelo originate-to-distribute se utilizan innovaciones financieras entre las
cuales está la titulización. El sistema bancario, emite valores, sin ser muy exigentes en la
calidad de las garantías del crédito otorgado.
Los títulos se vendieron en el mercado con la participación de las agencias de rating
(calificación de riesgo) y los bancos de inversión.
En este nuevo sistema, el banco que otorga los préstamos transfiere al mercado de capitales
el crédito, los riesgos y la responsabilidad de valorar adecuadamente la calidad crediticia de
las operaciones mediante la titulización. El banco que transforma parte de sus créditos en
títulos consigue más liquidez para así volver a prestar y transferir el riesgo del préstamo al
comprador del título
En este nuevo modelo los préstamos se desplazan fuera del balance del banco que los
realizó.
Los bancos que originan el crédito distribuyen el riesgo, transfiriéndolos a terceros en
cualquier parte y en todo el mundo y no tienen las mismas precauciones que si quedara en su
balance. En determinado momento en el mercado comienza a ser más importante la
rentabilidad en el corto plazo que el riesgo.
En el modelo originate-to-distribute se diluye el incentivo de los bancos de velar por la
calidad de sus inversiones, ya que está terciarizada (agencia de rating), a diferencia del
modelo tradicional crédito – depósito donde otorgar un crédito se basa en la posibilidad de
repago de las deudas. Ante la falta de información sobre la calidad de los títulos comenzaron
a tener relevancia las agencias de rating, a las que acuden los inversores para informarse.
Los riesgos en el modelo de banca tradicional se calculaban con variables accesibles a todos:
tipo de cambio, tasas de interés, precios, pero en el nuevo modelo entran variables a las
cuales resulta muy difícil acceder y el cálculo del riesgo es complicado, el inversor no tiene
conocimiento del riesgo que toma al comprar los títulos.
23
Los inversores compran canastas de títulos desconociendo cual es el riesgo que están
asumiendo, esto distribuye el riesgo entre muchos inversores que deciden esa inversión
principalmente por la confianza y la rentabilidad.
La actual crisis deja en evidencia las consecuencias de este modelo de crédito bancario,
con títulos de alto riesgo diseminados por el mundo.
Los bancos emisores de títulos se encontraron sin mercado para colocar estos valores a lo
cual se agregó la morosidad de los préstamos que no llegaron a titulizar y por lo tanto sin
dinero para seguir prestando, lo que los obligó a contraer su actividad.
Los bancos de inversión se encontraron con activos de alto riesgo en sus carteras y les
comenzó a resultar difícil colocarlos y a su vez su valor cayó, esa falta de liquidez los
arrastró a su desaparición, esas malas inversiones afectaron su solvencia. Estos bancos no
fueron controlados por la FED ni por los otros Bancos Centrales.
Los bancos que trabajan con el modelo depósitos-créditos sobrellevarán mejor la crisis a
pesar de la morosidad en que entran o las inversiones que realizaron en títulos de alto riesgo
y mucha rentabilidad, pero no se verán tan afectados por la crisis de liquidez y la pérdida de
valor de los títulos, como los bancos de inversión y las aseguradoras.
Durante años se utilizaron como forma de transferir el riesgo la venta de créditos, y los
créditos sindicados, pero este nuevo método de las titulaciones se ha difundido rápidamente
en los últimos años.
Las agencias de rating comenzaron a ser cuestionadas por las altas calificaciones que
realizaban sobre los riesgos de acciones que terminaban bajando de precio
Con este modelo ha ocurrido lo mismo que en todas las crisis que se dieron con el modelo
de banco tradicional, estos instrumentos financieros permitieron el incremento acelerado de
la liquidez, del crédito, aumento de precios por especulación y exceso de riesgos, en este
caso son inversiones donde no hay transparencia y no se conoce el riesgo al que se enfrenta
el inversor y cuando el riesgo se comienza a transformar en pérdida se retiran del mercado.
En esta crisis ha tomado papel relevante y globalizado la falta de conocimiento y de
información sobre el riesgo al que se somete el inversor en títulos.
En este modelo se difuman los límites entre bancos que otorgan créditos, aseguradoras,
calificadoras de riesgo, bancos de inversión y Mercado de Valores.
Este modelo le permitió al sistema bancario, acelerar la crisis por exceso de liquidez y
globalizarla, dándole su máxima dimensión, la globalización evitó una rápida caída del
modelo.
Esta nueva multiplicación bancaria del dinero a través de los títulos al igual que la
multiplicación del dinero de la banca tradicional crea medios de pago de la nada y que no
tienen el correspondiente respaldo de billetes. Los billetes que existen en el mundo son un
porcentaje mínimo del total de los depósitos en la banca tradicional y los títulos emitidos.
24
Detrás de esta crisis hay un proceso especulativo globalizado que tuvo como motor el lucro
acelerado, para lo cual se utilizaron las operaciones tanto en la Bolsa como las extra-
bursátiles, principalmente en los Hedge Funds (Fondos de alto riesgo).
Quedan flotando las interrogantes: ¿Quiénes crearon el modelo de banca originate-to-
distribute?, ¿Qué bancos impusieron este nuevo modelo?, ¿Quiénes financian la especulación
en la Bolsa? ¿Por qué se autorizó este funcionamiento globalizado?
El caballo de Troya: Inversión extranjera directa
De lo anterior surge la interrogante: ¿Qué se hizo con la importante liquidez generada por el
nuevo modelo de banca?
A partir del año 1990 comenzó a crecer el crédito con los medios de pago generados
mediante el sistema originate-to-distribute y también creció la inversión extranjera directa en
el mundo y por lo tanto en América Latina y en Uruguay (Gráficas 2 a 4).
El sistema financiero orientó los créditos hacia las grandes empresas, lo que posibilitó prestar
importantes montos y emitir títulos que colocaron en la Bolsa de Valores y mercados extra-
bursátiles. Los bancos, así, recuperaron el dinero prestado, que continuaron prestando,
acelerando el proceso de transnacionalización de las empresas. Este fue un método ágil para
generar medios de pago que le redituaban importantes ganancias al sistema bancario.
Como se desprende de las cifras de los cuadros 1,2 y 3 no fue mérito de los gobernantes que
se incrementara la inversión extranjera directa en todos los países sino que fue consecuencia
del nuevo modelo de banca, el mérito de los gobiernos fue entregarles los mercados de los
países para que siguieran generando liquidez.
El 86% de la Inversión Extranjera Directa corresponde a empresas transnacionales, a
mediados de la década del 70 había 7.000 empresas transnacionales y actualmente hay más
de 70.000.
En América Latina y el Caribe (Gráfica 2) el ingreso de capitales para la Inversión
Extranjera Directa (IED) pasó de U$S 8.000 (1990) millones anuales a U$S 88.000
millones (1999), se multiplicó por 11, luego comenzó a reducirse el ingreso, hasta el mínimo
en 2003 y creció hasta U$S 70.000 millones anuales en 2005 y 2006.
La IED a nivel mundial (Gráfica 1) pasó de U$S 205.000 millones
anuales (1990) al máximo de U$S 1.500.000 millones (2000), se
multiplicó por 7. También llegó al mínimo en 2003 y a partir de allí tuvo
un importante crecimiento. La inversión en AL siguió la tendencia de la
IED mundial.
Este avance de las transnacionales fue impulsado por la generación febril de medios de pago
que realizaron los bancos actuando coordinadamente con las agencias calificadoras, las
aseguradoras y los bancos de inversión.
Las empresas transnacionales, desplazaron las empresas nacionales, compraron empresas
públicas y privadas, incrementaron la contaminación, se apropiaron de los recursos naturales,
aceleraron el cambio climático, la destrucción de selvas y montañas, e intentaron enfrentar a
los pueblos como ocurre en Uruguay con Botnia (fábrica de celulosa finlandesa).
Destruyeron la estructura productiva nacional en la industria, agro y
servicios.
Estos perjuicios que no se consideraron cuando los gobiernos permitieron
la entrada de las transnacionales, hoy se pueden evaluar.
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Los gobiernos, con la IED, mejoraron sus estadísticas y obtuvieron
dólares y a cambio acompañaron su penetración con políticas
privatizadoras y de exoneraciones de impuestos.
Esta inversión, lejos de ser un beneficio para los pueblos, significó un
avance de las grandes empresas que retiran sus ganancias de los países
empobrecidos, impidiendo el ahorro y la reinversión nacional, por lo cual
la economía de los países empobrecidos se hizo aún más dependiente.
El ahorro no es lo que posibilitó la inversión de las transnacionales. El
crédito bancario se expandió a través del nuevo modelo de banca que de
la nada y con ese nuevo mecanismo de multiplicación del dinero,
especulando con títulos, se extendió por el mundo. Estas transnacionales
desplazaron la inversión y la producción nacional que le da estabilidad a
las economías y a las fuentes de trabajo.
Esto muestra la importante inversión en recursos naturales que están realizando las
transnacionales en América latina y el Caribe.
Es necesario acotar que en estos montos no contienen la inversión realizada para la compra
de tierra para la producción agrícola que también se ha incrementado permanentemente, al
punto que importantes áreas de los territorios nacionales están en poder de extranjeros.
Estos recursos naturales son imprescindibles para mantener la soberanía nacional.
Los gobiernos al permitir el ingreso de estas empresas fomentaron la especulación con la que
se financiaron, utilizando el nuevo modelo de bancos y que trajo estos estallidos financieros
y monetarios. De las mayores 100 transnacionales del mundo 99 tienen su casa matriz en el
hemisferio norte, responden a las políticas de esos gobiernos y tienen el poder suficiente para
orientar las decisiones de las instituciones internacionales y de los gobierno reduciendo las
limitaciones y obteniendo garantías y beneficios. También tienen los medios de
comunicación que le permiten ocultar la información sobre las externalidades, abusos y
destrucción en todo el mundo y generar una imagen pública favorable.
Las empresas transnacionales también son responsables directas de esta crisis ya que
utilizaron este modelo de sistema bancario para expandirse conociendo la creciente
especulación con títulos comercializados en el Mercado de Valores.
Los bancos y las transnacionales se apoderaron del mundo con esos medios de pago, creados
de la nada, que surgieron de la especulación bancaria.
Uruguay contribuyó de manera importante desde el año 2005 como se observa en el cuadro 3
en el apoyo a la creación de esos medios de pago permitiendo la IED y destruyendo
concomitantemente la organización productiva nacional.
La competencia y el crédito condujeron a la concentración del capital. La competencia
conduce a la inversión en gran escala para reducir los costos de producción, se incrementa el
capital fijo (maquinaria) y se reduce el capital variable (trabajadores). El crédito permite a las
grandes empresa obtener recursos para su inversiones, al sistema bancario le resulta más fácil
colocar esas grandes sumas y por lo tanto es quien orienta la concentración de la inversión,
decidiendo quienes concentran el capital.
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La competencia destruye a los capitales más débiles y el sistema crediticio apoya al gran
capital para destruir a los menores. Esto lleva a la destrucción de la propia competencia, lo
cual utilizan las transnacionales para organizarse en conglomerados y repartirse el mercado.
Esta expansión le permite a las transnacionales realizar mayores inversiones en investigación
y así superar en la competencia a las empresas de menor dimensión.
Independientemente de si los banqueros integran las empresas transnacionales es evidente
que las apoyan otorgándole el poder de compra, que les permite comprar e invertir, y
apropiarse de las riquezas del mundo incluida la plusvalía, que llevan a sus países de origen,
como lo han realizado a lo largo de la historia.
Este financiamiento agresivo a las transnacionales generó sobre-producción, que no se pudo
comerciar y que condujo a esta crisis de sobre-producción.
El discurso de los gobiernos sobre los beneficios de la Inversión Extranjera Directa permitió
que las transnacionales ingresaran con total libertad a los países. Consideran favorable: la
modernización tecnológica (tecnología que queda en poder de las transnacionales), los
montos invertidos (que en su mayoría es para infraestructura e importación de maquinaria), el
incremento del PIB (que no tiene la contrapartida de incremento de la recaudación de
impuestos porque los gobiernos le otorgan zonas francas y otras exoneraciones de
impuestos), generan puestos de trabajo ( los gobiernos no consideran la mano de obra que se
pierde con su instalación, que generalmente es mayor a la creada), las ganancias se van al
exterior, no se reinvierten ni quedan en los bancos nacionales.
La moderna tecnología utilizada por estas grandes empresas es esquilmante, hace posible la
extracción que antes era antieconómica, contamina en mayor volumen, utilizan poco
personal.
El director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA), Sr.Achim Steiner acusó recientemente a las compañías mas grandes del mundo
de “degradar el medio ambiente” y cuantifica la preocupación de esas empresas: “sólo dos de
las 100 mayores empresas tienen preocupación por el medio ambiente, sólo el 25% de los
1.100 lideres empresariales temen que la extinción de especies y las pérdida de ecosistemas
enteros pueda afectar negativamente a su empresa”. La preocupación de los líderes es por las
empresas y no por la vida en la Tierra.
Al principio de este proceso de generación de liquidez está el dinero como medio de
acumulación, como reserva de valor, y sobre este se edifica el sistema financiero. El dinero
como medio de atesoramiento genera ganancias a través del sistema financiero.
Conclusión
Con esta base es necesario decidir que hacer con IED y con las transnacionales evaluando
su actividad desde el punto de vista financiero, y de explotación de recursos.
Si dentro de los países no se define esto las integraciones no serán entre países sino entre las
transnacionales que están en ellos. La integración en estas condiciones significa mejorar la
vinculación entre sucursales de la misma transnacional.
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La contaminación en el mundo la comenzaron las empresas nacionales, y a partir de 1990 la
multiplicaron las empresas transnacionales, generando estas múltiples crisis. Estas empresas
están en deuda con la humanidad por la destrucción realizada, por lo cual las transnacionales
como forma de pagar los daños provocados deben pasar a manos de los pueblos.
Estas grandes empresas hicieron crecer la liquidez en el mundo y por lo tanto son
responsables de los costos de la crisis financiera global provocada. Se incluye en las
transnacionales al sistema bancario que fue el artífice de este mecanismo de generación de
liquidez.
Esto reafirma la conclusión anterior de que esas empresas transnacionales tienen que ser
transferidas a los pueblos, para amortizar algunos costos de esta crisis.
También estas empresas tuvieron y tienen grandes beneficios impositivos que no los tienen ni
la población ni las empresas medianas ni pequeñas. Este es otra deuda de ellas con la
población.
Los gobiernos han hecho grandes inversiones en infraestructuras al servicio de las
transnacionales, las cuales las pagan los pueblos.
Si las empresas transnacionales pasaran a los pueblos no alcanzarían a cubrir los daños
provocados directa e indirectamente.
La producción debe orientarse de manera que permita que todos los seres humanos
integrantes de las generaciones futuras tengan acceso a cubrir sus necesidades básicas:
alimentación, vivienda, vestimenta, salud y educación. Dentro del capitalismo actualmente
hay crecimiento económico permanente en casi todos los países del mundo, pero las
necesidades básicas sabemos que no se cubren, por lo tanto se puede asegurar que los
habitantes pertenecientes a las generaciones futuras tampoco las podrán cubrir.
En cambio podemos afirmar que dentro del capitalismo continuará la apropiación y
expropiación de los recursos naturales de los pueblos, que como no tienen valor y tienen sólo
precio de apropiación resulta muy sencillo su sobre explotación y esquilmación, generando a
los pueblos pérdidas de sus riquezas que no se reflejan en la contabilidad nacional.
También podemos afirmar que es imposible que el capitalismo se detenga en la generación
de las crisis, y menos aún que investigue la forma de revertir las crisis que están en marcha,
porque esto implica reducir sus ganancias. En cambio las consecuencias de las crisis las
pagan los pueblos.
En el actual modo de producción es imposible cubrir las necesidades básicas de todos los
habitantes y también el desarrollo económico ya que el ingreso se concentra y se centraliza
cada vez más. Las transnacionales se están apoderando de los bienes en el mundo, y por lo
tanto de las ganancias que ellos producen, que no se reinvierten a favor de los pueblos sino
en explotaciones que les generen más ganancias.
Asistimos a la turbocolonización del capitalismo monopólico, que sólo asegura el creciente
empobrecimiento de los pueblos.
Dardo Arigón Bachini
Mercedes-Soriano-Uruguay

Bibliografía
Eduardo Sartelli:
La cajita infeliz
Enrique Leff: Ecología y Capital
José Manuel Naredo: Hacia una ciencia de los recursos naturales
Joan Martínez Alier: Economía, ecología y política ambiental
William Kapp: Los costes sociales de la empresa privada
Anwar Shaikh: Valor, acumulación y crisis
Diego Azqueta: Valoración económica de la calidad ambiental
Jorge S. Molina: Hacia una nueva agricultura
Florentino Ameghino: Las secas y las inundaciones en la Provincia de Buenos Aires

domingo, 24 de octubre de 2010

"La guerra monetaria" es una declaración de default.

Por Jorge Altamira

El Instituto norteamericano de Estadística es menos afortunado que el IndeK: bastó que declarara finalizada la recesión en Estados Unidos, hace un par de semanas, para que un ministro brasileño prefirió calificar de “guerra monetaria”. Esto ocurre  cuando la crisis mundial ha ingresado en su cuarto año –desde el martes negro de julio de 2007. La extensión en el tiempo, que se suma a perspectivas aún más agoreras, está expresando un colapso en las relaciones sociales capitalistas, las que no se han podido reajustar ni automática ni políticamente (se han des-ajustado todavía más), a pesar de la maciza intervención de los gobiernos y bancos centrales. Por eso, ella tiene ya también un carácter político catastrófico, como lo muestran las crisis de los gobiernos europeos y el fracaso sin atenuantes de la reunión del FMI de hace diez días. “La metástasis de la crisis capitalista mundial”, el título de un artículo anterior de nuestra autoría (PO Nº 1.106, 29/10/09) describía la inevitabilidad de lo que ahora es el titular de los diarios y agencias de noticias (lo que está ocurriendo por estos días es una metástasis de la crisis que detonó hace más de tres años).

La cola del perro

Los protagonistas del nuevo estallido han sido los de siempre: los fondos financieros. Una vez más, el capital se muerde la cola y es el principal agente de la disolución del capitalismo. En efecto, como ocurrió hace poco con la crisis de Grecia, cuando esos fondos comenzaron a apostar al default de su deuda soberana y a un desmantelamiento parcial de la zona euro, ahora han hecho lo mismo, pero con las monedas. A mediados de julio, los mercados de cambios registraron un incremento brusco de los montos negociados: de 2,6 billones de dólares diarios a más de 4 billones. La intensidad de la especulación quedaba de manifiesto por otro dato: la compra-venta de monedas se hace con una inversión escasa, 2% –el especulador se endeuda por dos, a un interés de casi cero, y compraba divisas por cincuenta, con la expectativa de hacer una diferencia con la volatilidad de las monedas (devaluaciones-revaluaciones). El cambio de monedas que se hace mediante endeudamiento está valuado en un billón de dólares. Cualquier cambio en las condiciones de esta especulación, como alzas en las tasas de intereses o reversión del valor de las monedas, provocaría quiebras del tamaño de las que amenazaron con una depresión mundial a fines de 2008.

Japón

La primera divisa afectada por esta especulación fue el yen de Japón, que se revalorizó a niveles sin precedentes –82 yenes por dólar (antes de la crisis cotizaba en alrededor de 100 yenes por un dólar). El gobierno nipón advirtió entonces que más allá de este nivel saldría a vender yenes en forma masiva, porque esa revalorización penalizaba sus exportaciones. La amenaza se hizo enseguida realidad con una liquidación de 20 mil millones de dólares en un solo día. En el medio, claro, había ocurrido algo ‘siniestro’: el Banco Central de China se había sumado a la apuesta a la suba del yen mediante la compra de títulos públicos japoneses; aunque la suma era módica (6 mil millones de dólares), indicaba que China buscaba devaluar su moneda contra la japonesa para favorecer sus exportaciones a Japón y penalizar las de ésta a China. Japón tiene el dudoso honor de poseer la mayor deuda pública del mundo: 15 billones de dólares, un 300% en relación al PBI. China, por su lado, no admite que su deuda pública pueda ser comprada por los bancos centrales extranjeros, lo cual bloquea un mecanismo de especulación sobre su propia moneda. Lo que ocurría con el yen (que era comprado con la perspectiva de revalorizarlo), empezó a trasladarse al real brasileño, al euro, al franco suizo y a otras monedas, como la australiana, la tailandesa y la surcoreana. Japón, sin embargo, atraviesa por una enorme deflación (caída de precios), lo cual afecta los beneficios de las empresas y aumenta el valor real de las deudas. Una mayor suba del yen implica mayor deflación (baja de precios internos y de importación), pero con el agravante de que ya no hay margen para deflacionar (reducir en términos monetarios) los costos de la producción. La aventura especulativa del yen exponía el colapso de la economía japonesa. Lo mismo vuelve a ocurrir en Europa, pues la revalorización del euro aumenta los costos de producción y acentúa la dificultad de exportar su crisis. Para los países con una deuda privada y pública impagable, esto representa la posibilidad de un nuevo terremoto. Irlanda está virtualmente en quiebra, pues el rescate de uno solo de sus bancos le ha consumido el equivalente al 50% del PBI. Portugal, España y Grecia siguen bajo amenaza de default; la revalorización del euro es un tiro de gracia para la industria italiana y para Berlusconi-Tremonti.

Devaluemos primero

Obviamente, el malo de la película es el dólar norteamericano. El enorme déficit fiscal de Estados Unidos y la aún más enorme emisión monetaria para rescatar activos incobrables de los bancos han consolidado una pertinaz tendencia a la devaluación del dólar. Los especuladores venden dólares para comprar otras monedas. Esto ha provocado la burbuja de los mercados de cambios. Pero hay más: el crecimiento del desempleo, de los desalojos de viviendas, del default de los locales comerciales y la caída de los precios de las propiedades han llevado a la Reserva Federal a insinuar, para noviembre próximo, una emisión de dólares todavía más agresiva. Existe un consenso de que esta emisión sería incapaz de levantar a la economía norteamericana, lo cual desnuda la intención de producir una devaluación masiva que le permita una exportación de su crisis hacia el resto del mundo. De la especulación en los mercados de cambios, pasamos así a la ‘guerra monetaria’ y, en definitiva, a la dislocación del tambaleante sistema monetario internacional. Muchos observadores, claro, no lo ven de esta manera y consideran a la devaluación generalizada del dólar como un recurso extremo para evitar una guerra comercial; porque el reajuste del valor de las monedas que esa devaluación plantea evitaría penalizar el comercio exterior entre las naciones por medio de trabas aduaneras o impositivas. La discusión de este reajuste será el cometido de una reunión del Grupo de los 20 que ha sido convocada para comienzos de noviembre próximo.

El default de Estados Unidos

Pero ese acuerdo es, por ahora, inviable. En primer lugar, porque no se trata de un reajuste simple del dólar contra el resto de las monedas, ya que hay un sinfín de desajustes entre las restantes monedas, en especial en Asia (Corea del Sur, Japón, China, Indonesia, Tailandia), y porque no es lo mismo la posición del euro frente al dólar que la del yen. China ha declarado oficialmente que una revalorización importante de su moneda la hundiría en un caos económico Un reajuste que implique una devaluación considerable del dólar significaría, por sobre todo, un default de la deuda norteamericana en manos de extranjeros -cuatro billones de dólares; 1,8 billones de China. La apreciación constante del oro es una expresión de la tendencia al default de la deuda pública norteamericana. Un retiro de estos capitales de Estados Unidos, para no concluir en default, debería ser compensado por compras de la Reserva Federal, con la consiguiente emisión de moneda -de lo contrario, insistimos, Estados Unidos debería declarase en bancarrota. La amenaza de inflación que desataría esa compensación provocaría, sin embargo, una huida de la deuda pública por parte de los inversores norteamericanos y un aumento súbito de las tasas de interés. Este aumento obligaría a liquidar todas las adquisiciones financieras y monetarias realizadas con endeudamiento y, por lo tanto, a una cadena de quiebras. Esta posibilidad acaba de ser señalada por la calificadora de riesgo Moody's (Financial Times, 12/10), al informar que los bancos y las empresas norteamericanas se han endeudado de nuevo, más allá de sus límites, para comprar, además de monedas de otros países, otras empresas o acciones dentro de Estados Unidos.
Una moneda devaluada y tasas de interés bajas perpetúan este movimiento de endeudarse en dólares para comprar otras monedas; la guerra monetaria continuaría. Si, por el contrario, Estados Unidos aumenta las tasas de interés, además de revalorizar el dólar, provocaría una mayor recesión. Muchos analistas anticipan la posibilidad de que un reflujo de la especulación sobre otras monedas revalorice el dólar y desencadene cuantiosos quebrantos.

Argentina: importadora de dólares inflacionarios

La devaluación del dólar ha desatado un festival de bonos en Argentina, que llena los bolsillos de los fondos muy buitres y menos buitres, y de los buitres nacionales. La entrada de fondos extranjeros se manifiesta en la acumulación de reservas que realiza el Banco Central para que el peso no se revalorice: de este modo acompaña la devaluación del dólar frente a las otras monedas. Pero la solución es engañosa, porque el peso se revaloriza igual frente al dólar por medio de la pérdida de poder adquisitivo interno -la inflación. El Banco Central de los K opera como un vaciadero de basura de los dólares que imprime Estados Unidos, comprando reservas que se desvalorizan. Lo que mantiene al esquema K en pie es que la especulación en Brasil o en Europa es mayor, por lo tanto el real y el euro se revalorizan más que el peso, lo cual deja un margen para exportar (a pesar de lo cual, el balance comercial con Brasil es desfavorable). Argentina, como ocurre con los principales países emergentes, no está alejado de la crisis mundial sino que está en su centro: importa la inflación que provoca la devaluación del dólar y va a ser desestabilizada de cabo a rabo por "la guerra monetaria". Cuando se revierta la dirección de esta especulación, la actual entrada de capitales golondrinas se convertirá en su contrario: un fenómeno de este tipo en Corea del Sur, en 2009, le hizo perder el 60% de sus reservas en un par días; en Argentina produjo una salida de capitales por 40 mil millones de dólares.
¿Qué propondrá nuestra señora Presidenta en la reunión del G20? ¿con quién se alineará? Ocupado en escrachar periodistas, a Boudou todavía no se le cayó una idea de la cabeza. Si pide rigor monetario a Estados Unidos, como lo hace China y lo hará Brasil, perderá las ventajas exportadoras que ofrece la devaluación del dólar. Por eso, seguramente desempolvará las nunca olvidadas "relaciones carnales". La desintegración política del bloque kirchnerista no puede ser disociada del agotamiento del ‘modelo productivo’, el que ha provocado, precisamente, la bancarrota capitalista.

Todo globo que se infla

El estadio actual de la crisis mundial expone la perversidad de todos los planes de rescate, que ofrecieron a los bancos salir de la crisis mediante nuevas oportunidades especulativas y con los mismos métodos que llevaron a la crisis hipotecaria y corporativa que desató la crisis. Esto vale también para China, donde la especulación inmobiliaria casi triplica a la que estalló en Estados Unidos en 2007, si se la mide respecto al PBI (350 vs. 800% del PBI - Darío Epstein en Infobae). Solamente una declaración de bancarrota que elimine la mayor parte los activos incobrables y todo el capital superfluo, o sea una catástrofe económica y social, podrán sentar las premisas de una recuperación capitalista. La crisis mundial no tiene salida, en términos capitalistas, sin una declaración de bancarrota. Un columnista de The Telegraph (11/10), Ambrose Prichard, saluda la posibilidad de un dislocamiento del comercio internacional porque, como en los años '30, permitiría impulsar planes de reactivación en los marcos nacionales. Es otra forma, sin embargo, de plantear que la declaración de bancarrota es inevitable. Martin Wolf, el editor del Financial Times, asegura que Estados Unidos tiene los medios para desarrollar la guerra monetaria hasta sus últimas consecuencias, y que el G20 se someterá a esta extorsión y aceptará el ultimátum lanzado por la Reserva Federal a partir de su decisión de duplicar la emisión de dólares de los últimos años. El asunto es si China acepta el ultimátum, o si negocia con la Unión Europea y con Japón su rechazo, y contrapone exigencias que limiten la capacidad de Estados Unidos para desvalorizar su deuda. La cápsula de la crisis ha llegado al fondo del socavón.




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CESAR USCAMAYTA
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